El mosaico de azulejos dedicado a la ciudad de Barcelona representa la recepción de Colón por los Reyes Católicos a la vuelta de las Indias en la ciudad de Barcelona. Los detalles de esta recepción oficial en Barcelona, al igual que toda la vida que rodea a Colón, sigue siendo un misterio. No se sabe exactamente cómo llegó a Barcelona, ni por qué ciudades o pueblos pasó. Algunas fuentes históricas afirman que Colón llegó a la Península e hizo el viaje por tierra y no por mar hasta Barcelona, pero no hay documentos que certifiquen su paso por ninguna ciudad que cruzó a lo largo de su camino, a pesar de dirigir una comitiva que incluía a un grupo de indígenas, nunca antes vistos en la Península, y especies tan exóticas como los Papagayos. Tampoco existen documentos que confirmen su paso por Barcelona, pudiendo haber sido un acto solemne o sencillo, público o privado, en algún lugar de la ciudad.
Escudo de Barcelona
El escudo de Barcelona (España) tiene su origen en la edad media y aparece por primera vez, en la misma disposición que la actual, en 1329. La Generalidad de Cataluña reguló en 2004 el blasón como símbolo del municipio, junto a la bandera. Actualmente el Ayuntamiento utiliza en su imagen corporativa un isotipo basado en el escudo de la ciudad.
El escudo de la ciudad es una combinación de las armas heráldicas de los ciudadanos de Barcelona y de los reyes de Aragón. Las primeras son la Cruz de San Jorge (patrón de la ciudad) de gules sobre campo de plata. Las armas de la Casa de Aragón, o armas reales (cuatro palos o barras de Aragón) son de gules sobre campo de oro y son las propias de los reyes de Aragón (soberanos) y condes de Barcelona (a partir de 1137, fecha de la boda de Ramón Berenguer IV con Petronila, hija del rey aragonés Ramiro II de Aragón), que también dieron origen al escudo de Cataluña, a partir del s. XV, así como de otros territorios de la Corona de Aragón.
El rey Pedro el Ceremonioso concedió las armas reales al Consejo de Ciento de la ciudad el 4 de julio de 1345, permitiendo el privilegio de que sus heraldos y nuncios pudieran ostentar el «signo nostro et signo dicte civitatis» es decir, el signo del rey y de la ciudad, unidos, si bien el primer ejemplar data de 1329. Además, la corona real indicaba la soberanía real de los monarcas sobre la ciudad, que a menudo fue residencia de los reyes de la Corona de Aragón.
